Las olas

Tras la desaparición de su madre en el mar, Vera va a la ciudad balnearia donde ella vivía, a vaciar su casa. Vera descubre en el lugar que el distanciamiento que mantenía con su madre no ha desaparecido con ella. La casa y sus objetos, serán símbolo del desapego con su madre y le generarán incomodidad durante su estadía. Sin embargo, las tareas en la vieja casa y sus experiencias con las personas del lugar, cambiarán su mirada. Su estadía dejará de ser un mal necesario para convertirse en un momento de intimidad y reconciliación no sólo con la imagen de su madre, sino consigo misma.